La vida es tan simple que todo se resume a seguir
respirando, lo complicado, lo hacía él, los no donde era un sí, las malas
fechas, los cambios de planes.
Ella hacía tiempo que había asumido que en esa historia, lo
único que podía hacer era eso, seguir respirando.
Lo había intentado todo para que el dejara entrever algo de
lo que pensaba o sentía y después de muchos años, nada de lo que él hizo, se lo
dejó claro.
Hizo muchos viajes en vano, le buscó y no le encontró tantas
noches como si lo hizo y no sirvió para nada, ya había perdido la cuenta.
Consiguió mucho, pero en tan pequeñas dosis que sólo
sirvieron de chincheta para clavarse en su corazón y conseguir que ahora, esté
lleno de marcas.

Pero todo tiene un finar, él no había pensado en eso, creo
que a día de hoy sigue sin pensarlo. No se puede querer eternamente y las
cuerdas, con el tiempo, se desgastan y se rompen.
Sigue respirando y sabiendo que es todo lo que puede hacer,
respirar, hagas lo que hagas, digas lo que digas, pero ya no está pendiente de
escuchar lo que dices, ni ver lo que haces.
Está mirando por la ventana, fumando, piensa en ti, a veces
todavía lo hace, pero lo que piensa ahora es que tienes razón, lejos, aunque te
tuviera al lado, ya no puede estar más lejos...
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