lunes, 18 de junio de 2012

No, no lo había más lejos...


La vida es tan simple que todo se resume a seguir respirando, lo complicado, lo hacía él, los no donde era un sí, las malas fechas, los cambios de planes.
Ella hacía tiempo que había asumido que en esa historia, lo único que podía hacer era eso, seguir respirando.
Lo había intentado todo para que el dejara entrever algo de lo que pensaba o sentía y después de muchos años, nada de lo que él hizo, se lo dejó claro.
Hizo muchos viajes en vano, le buscó y no le encontró tantas noches como si lo hizo y no sirvió para nada, ya había perdido la cuenta.
Consiguió mucho, pero en tan pequeñas dosis que sólo sirvieron de chincheta para clavarse en su corazón y conseguir que ahora, esté lleno de marcas.
Olvidarle, eso es lo que todo el mundo opinó siempre que debía hacer, pero lo que todo el mundo no sabía es que no es fácil olvidar a alguien que no quiere que le olvides, alguien que tiene la medida de la cuerda perfectamente calculada y que sabe el momento exacto y la fuerza con la que dar el tirón, si ve que te alejas demasiado.
Pero todo tiene un finar, él no había pensado en eso, creo que a día de hoy sigue sin pensarlo. No se puede querer eternamente y las cuerdas, con el tiempo, se desgastan y se rompen.
Sigue respirando y sabiendo que es todo lo que puede hacer, respirar, hagas lo que hagas, digas lo que digas, pero ya no está pendiente de escuchar lo que dices, ni ver lo que haces.
Está mirando por la ventana, fumando, piensa en ti, a veces todavía lo hace, pero lo que piensa ahora es que tienes razón, lejos, aunque te tuviera al lado, ya no puede estar más lejos...

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