domingo, 1 de abril de 2012

Cállate y se realista...

-Días, la vida es cuestión de días, nunca son iguales y casi nunca puedes acertar 100% con lo que va a pasar cuando lo planeas metido en la cama.
Es la historia de ese martes cualquiera, que ya alguien escribió y que terminaba sin semejanza alguna a lo que prometía en las primeras horas de la mañana… Fue una buena historia, sin duda, quizá el que era bueno era el escritor o quizá ambas cosas, no lo sé.
Da igual, lo que te decía. La diferencia entre un buen día o un mal día puede deberse solo a una palabra que querías o no querías escuchar, las diferencias a veces las crean cosas tan pequeñas, otras veces no, también las crean cosas gigantes.
Es como salir a la calle para ir a tirarte a un parque, tomar un café y escribir un rato, y en ese trayecto chocarte con un atractivo hombre de unos cuarenta años, que tu carpeta se caiga y todo su contenido quede esparcido por el suelo y al estar los dos recogiéndolo resulte que ese hombre es un alguien importante de una famosa editorial y le llama la atención el titulo de la novela que estás escribiendo y sin saber cómo, estás hablando con él sobre ella y terminas guardando su tarjeta en la cartera, tarjeta que te da para que le mandes una copia cuando termines de escribirla. Y así unos cuantos meses después estás en alguna pintoresca librería firmando ejemplares de “Cállate y se realista”

-Cállate y se realista, los días no pueden cambiar tanto.

-O sí…

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